miércoles, 12 de agosto de 2015

Lugo. Santa Eulalia de la Bóveda



Se trata de un edificio del siglo III, dedicado a la diosa Cibeles y reconvertido con el cristianismo al culto de Santa Eulalia. Cibeles era la mujer del titán Cronos y madre de los dioses olímpicos. Cibeles era una diosa de la naturaleza y de la fertilidad venerada en Roma como la Gran Madre de los Dioses. Creadora de almas, protegía contra el espíritu del mal, pues llena de benevolencia socorría a quienes la invocaban. Su culto consiguió importancia en Roma a partir de Augusto que sentía por ella una especial veneración.
 
Cómo llegar: Para llegar a Santa Eulalia de Bóveda es preciso prestar atención, pues no abundan las señalizaciones.
 
 
Desde Lugo: tomamos la N-540 en dirección a Ourense. A la altura de la urbanización Bela Vista, a las afueras de la ciudad, giramos a la derecha por la LU-232 hacia Friol. Cinco kilómetros después abandonamos esta comarca para tomar la LU-2903 que nos lleva a Bóveda de Mera, tras haber recorrido 15 kilómetros desde la capital lucense. En el centro de la aldea se encuentra la iglesia de Santa Eulalia.
Desde el Hotel: Coger la N-VI hacia Lugo. Tomar  la salida LU-612 desde N-VI. Tomar la salida LU-612 hacia Estrada Vella de Santiag/Portoman. En el cruce, girar a la izquierda hacia Carr. Santiago, Vella y continuar por la LU-232. Al llegar a la rotonda, tomar la primera salida para continuar por la LU-232. A unos 5 km hay una desviación a la izquierda para coger la P-2903, y después de otros 5 km, llegamos a Bóveda de Mera.
 
El  último tramo de carretera, transcurre entre bosques, en una carretera estrecha en la que hay que ir con cuidado, pues a veces dos coches en sentido contrario no caben.
 
 
 
Horario oficial: Del 1 julio a 31 de agosto, de martes a sábado de 11:00 a 14:00 horas. (En agosto el señor que se encarga de abrir a los visitantes la ermita está de vacaciones así que yo tuve que llamar al teléfono que hay en la entrada para que me abrieran)
Entrada: gratuita

 



 
Exterior: Un pequeño atrio con dos columnas, preceden a la fachada, que tiene una puerta con arco de herradura (el más antiguo de España, como elemento estructural), y que más tarde adoptarían los visigodos. A ambos lados de la puerta hay dos ventanas adinteladas con arco de descarga triangular. 
 
 
Existen seis relieves en la piedra que representan las mismas figuras en ambos lados. (están muy desgastados y hay que fijarse mucho para encontrarlos).
En la parte superior, el relieve representa la danza de los gallus, con todas sus galas e instrumentos, que se hacía según el rito, en grupos de cinco. Las danzas orgiásticas era uno de los momentos principales del culto de Cibeles, estas danzas se producían en el exterior del santuario, ante la vista de los devotos y en grupos de cinco danzantes.
En el relieve intermedio, a la altura de los ojos y en ambos lados, la representación del archigallus engalanado o sumo sacerdote del rito de Cibeles, y que se encuentra entre dos columnas que en su trabajo de cantería recuerdan en su posición las existentes en el interior de la cripta bajo la bóveda abierta.
Y en la parte inferior de estos, y a cada lado de la fachada, un relieve ya muy desgastado en ambos casos pero que puede evocar un león rampante, animales que guardaban los santuarios de la diosa y de los que existe abundante material escultórico en el Mediterráneo.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Una vez traspasada la cancilla que cerraba este espacio con el exterior, en el pequeño atrio de entrada, y ocultos a la directa mirada desde el exterior existen otros relieves más sorprendentes, a la izquierda y derecha dos aves zancudas similares a un avestruz. Una de ellas, las más oculta a la vista, (este relieve es observable desde el interior, en la posición en donde durante el rito se emplazaba el sumo sacerdote) se encuentra encaramada a una piedra sobre una esbelta columna. Ambas imágenes hacen referencia a Rhea la diosa Griega, que era representada por un avestruz, el ave de mayor tamaño conocida en la antigüedad.
Además a la derecha existe otro pequeño relieve que muestra dos figuras lisiadas en pierna y brazo respectivamente. Se cree que eran los discapacitados uno de los grupos sociales más devotos de la diosa.
 
Interior: El edificio es de planta rectangular, con una piscina en el centro y cubierta por una bóveda de cañón.
 
 
Originalmente, el edificio tenía 2 plantas. Actualmente, la planta superior la ocupa una iglesia cristiana del siglo XVIII.  En la antigüedad, la planta superior era el Taurobolium (Estancia donde se sacrificaba a un toro o un carnero, en la parte central , donde había un agujero por el que caía la sangre del animal a la piscina de la planta inferior. En la piscina, estaba el neófito, que era iniciado en el culto, recibiendo la sangre del animal, en un bautismo que tenía propiedades curativas y proporcionaba al alma la inmortalidad).
 

 
Muerto el animal, los sacerdotes bajaban por una escalera de comunicación que existía en el muro oeste, con un recipiente que contenía los órganos sexuales del animal sacrificado y lo colocaban en las hornacinas que existían en los muros de la planta inferior, a ambos lados de la piscina. 
 
 
Este santuario, también hacía las veces de oráculo. Las sibilas escuchaban e interpretaban el sonido de las aves, que permanecían ocultas de los devotos, y sus cantos proféticos resonaban sobre las pinturas de la bóveda en el interior de la sala.

Pintura:  En el interior hay pintadas perdices, faisanes, gallináceas, pavos reales, palomas, un ganso y un pato, entre motivos vegetales que representan el árbol sagrado de Atis, el pino y su fruto. Esto tiene relación con el funcionamiento como oráculo del santuario. (las sibilinas, podían tener calladas a las aves teniéndolas a oscuras, y hacerlas cantar entrando la luz de las ventanas que hay junto a la puerta).

 


 

Escultura: En el fondo y presidiendo la ceremonia se encuentra como objeto de culto la "Piedra Negra", considerada de origen celeste y tenida como epifanía de la diosa Kybéle. Esta representación de piedra sobre columna es la representación antropomorfa de la diosa Cibeles.

 
 
 
LOS RITOS:
Los ritos que podrían hacerse en este Santuario, se basan en los rituales que se desarrollaban en otros santuarios dedicados a la diosa Cibeles, durante 14 días en el mes de marzo:

15 de marzo Fiesta de Atis. Esta festividad se prolongaba hasta el día 27. A lo largo de ella se iban celebrando distintos ritos y ceremonias con los que se quería reproducir los actos principales de la vida de este hombre-dios: nacimiento, emasculación, muerte y resurrección.

22 de marzo. Comienzan las fiestas de Cibeles, madre y amante de Atis, que muere y resucita en el equinoccio de primavera. En este día tenía lugar la "ceremonia del árbol": se corta un pino del bosque cercano a santa Eulalia, y se traía al santuario por una congregación de porteadores de árboles. El árbol es replantado en un hoyo ceremonial frente al santuario y se le adorna con guirnaldas y violetas, nacidas de la sangre de Atis, para conmemorar su muerte y castración bajo un pino. Los fieles de la diosa comienzan sus días de ayuno.

23 de marzo. Fiesta de Atis (noveno día). Lúgubre concierto con instrumentos de viento por la muerte de Atis realizado por los gallus o coribantes.

24 de marzo Día de la Sangre. Al chasquido de los címbalos, al redoble de los tambores y al sonido de trompetas y flautas danzan frenéticos los sacerdotes novicios, que ese día se castran colectivamente con un cuchillo de pedernal en el interior del santuario ofreciendo sus órganos a la diosa, reciben ropas y abalorios de mujer como requisito para consagrarse a la Diosa Cibeles. Entrada la noche se enciende una luz en la cripta del santuario, y en su interior, sobre la piscina central, el archigallus o sumo sacerdote, recibe el bautismo de sangre del toro sacrificado en el piso superior, el devoto como representación del hombre-dios Atis, se levanta tras el bautismo de sangre de entre los muertos y sale al exterior de la cripta musitando suavemente en los oídos de los asistentes la buena nueva de la resurrección, que se va propagando entre la masa. La alegría va subiendo como un río en crecida.

25 de marzo. Resurrección de Atis. Fiesta Hilaria o Día de la alegría .Este día es considerado como el equinoccio de primavera. Dentro de la festividad de Atis, con las primeras luces de este día, el Archigalo anunciaba la resurrección del dios y la esperanza de salvación para sus iniciados, tras lo cual los fieles estallaban en violentas manifestaciones de júbilo

26 de marzo. Es éste un día de descanso tras la desbordante fiesta.

27 de marzo. Festival de exaltación de Cibeles. Finalizaba esta festividad con una procesión en la que la imagen en planta de la Diosa, con su cara tallada en piedra negra, era conducida en un carro tirada por bueyes hasta el río próximo al santuario y en cuyas aguas se bañaba. El sacerdote, vestido de púrpura -el color de la Diosa-, lava la imagen y demás objetos sagrados. Con este rito se aseguraban la lluvia y la fertilidad de los campos.
 
"Unas mujeres con vistosas vestiduras blancas, con alegres y variados atributos simbólicos, llenas de floridas coronas primaverales, iban caminando y sacando de su seno pétalos para cubrir el suelo que pisaba la sagrada comitiva. Otras llevaban a su espalda unos brillantes espejos vueltos hacia atrás: en ellos la Diosa en marcha podía contemplar de frente la devota multitud que seguía sus pasos."(Apuleyo).
 
 

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