INGREDIENTES:
(para 2 personas)
- 2 puerros grandes
- 1/2 cebolla
- 1/2 litro de leche
- 2 cucharadas colmadas de harina
- Queso rallado especial para gratinar (al gusto)
- Sal
- Aceite de oliva
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Cortar la parte más verde de los puerros y desecharlos. Quitar la primera capa de los puerros y cortar en rodajas como de un centímetro. Ponerlos en un escurre-verduras y limpiar al chorro de agua fría hasta quitarles toda las tierra y queden bien limpios.
Poner una cacerola con agua y sal a hervir. Cuando comience a hervir, echar los puerros y dejar cocer hasta que queden tiernos. Una vez cocidos, volver a ponerlos en el escuerre-verduras para que suelten todo el agua.
En una sartén mediana, cubrir el fondo con aceite y poner a calentar. Echar 1/2 cebolla picada. Cuando la cebolla tome un tono transparente incorporar la harina y una pizca de sal y remover fuerte para evitar que se hagan grumos o se queme, hasta que la mezcla esté doradita.
Seguidamente, ir poco a poco añadiendo la leche, sin dejar de remover hasta formar una bechamel (la bechamel no tiene que ser tan consistente, como cuando hacemos las croquetas, pero tampoco que nos quede muy liquida).
Sabremos que la bechamel estará lista cuando haga pompitas (jeje). Introducimos en la bechamel los puerros cocidos y mezclamos todo bien.
Ponemos todo en una bandeja apta para horno y cubrimos la superficie con queso rallado especial para gratinar.
Introducimos la bandeja en el horno a gratinar hasta que quede doradito el queso.
Listo.
No se tarda nada, nada y es un plato barato y riquísimo.
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