En La calle
Alcalá nº 43, donde casi empieza la Gran Vía, está la Iglesia de San José, que
entre otras curiosidades, tiene una leyenda muy romántica que me gustaría
contaros:
A mediados
del siglo XIX (algunos autores lo sitúan en el año 1853), en época de carnaval,
se celebró una fiesta a la que fue invitado un joven diplomático extranjero.
Acudió a la fiesta sin disfrazarse, vestido de frac, y al no
reconocer a los demás invitados, se quedó sentado en un rincón observando;
cuando ya estaba sintiéndose un poco desplazado y aburrido, en el otro extremo
del salón vio a una joven dama con
antifaz, vestida con un traje negro que llevaba una rosa blanca prendida en su hombro izquierdo acercándosele.
- - ¿Me concede
el honor de este baile?” le preguntó la dama, “ya sé que no es tradicional que
una dama pida un baile a un caballero, pero…éste es mi último baile.
El joven la
miró a los ojos y vio en ellos una profunda tristeza, la cogió de la mano y la
llevó a bailar. Bailaron toda la noche en silencio, hasta que pasada la
madrugada la mujer le dijo:
- Es hora de
marcharme.
- Aún es pronto, le contestó él.
- Para mí no lo es, para mí ya es tarde, aunque… ¿os importaría acompañarme?
- Aún es pronto, le contestó él.
- Para mí no lo es, para mí ya es tarde, aunque… ¿os importaría acompañarme?
El joven diplomático,
intrigado, consintió en acompañarla; saliendo juntos de la fiesta se dirigieron
hacia la Iglesia de San José. Llegando a
la iglesia, ella le propuso entrar por una puerta lateral del Templo que estaba
iluminado tenuemente; frente al altar, había un ataúd rodeado de 4 cirios
apagados.
- - Vámonos de aquí,
le dijo él.
- No puedo, mi
sitio está aquí -le contestó ella a la vez que se quitaba el antifaz- esta
mañana estaba allí y allí debo volver.
Él, sintiéndose
turbado y pensando que se había topado con una loca, le hizo una reverencia y salió corriendo.
A la mañana
siguiente, sin haber dormido e inquieto por lo que le había sucedido, decidió
volver a la parroquia, quería cerciorarse que todo había sido producto de su
imaginación tras una noche de diversión.
Al llegar a
la parroquia, se estaba celebrando un funeral; cuando termino la ceremonia, se acercó al ataúd.
Allí estaba la joven y bella dama con quien había bailado la noche anterior con
el mismo traje negro.
Jaja…esto
seguro que sería un buen tema para Iker
Jimenez, un misterio sin resolver…
De esta
leyenda Pedro de Répide hizo el cuento “La
dama de la Rosa” que se publicó en la revista “La esfera”, número 106 de enero
de 1916 y también se ha publicado en “Cuentos madrileños” de la editorial castalia.
ISBN: 978-84-9740-006-0.
El guionista Frank Palacios junto con el dibujante Josema Carrasco, han publicado
en forma de cómic el relato “la dama y
el diplomático (Madrid)” de editorial
EsFinge Siglo 21, basado en esta leyenda.
Muchas gracias por citar nuestro cómic.
ResponderEliminar¡Gracias por citarnos, amigos!
ResponderEliminarMe ha encantado la historia yo no la habia escuchado nunca y me alegro haberla leido
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