domingo, 20 de marzo de 2016

Burgos. Triángulo del Arlanza

El triángulo del Arlanza se enclava en un estrecho valle de la provincia de Burgos, bañado por el río que da su nombre, donde abundan las aves rapaces, extensos bosques de sabinas, pueblos  y paisajes que nos evocan los duros años del primer milenio de nuestra era.

Las poblaciones principales que componen este triángulo son Lerma, Covarrubias y Silos; A través de su recorrido, también podemos pararnos para ver otras cosas muy interesantes.
Un fin de semana es ideal para conocer la zona, aunque nosotros preferimos hacerlo en un viernes-sábado, para evitar las eternas caravanas que se originan en las entradas a Madrid los domingos por la noche. Al ser mediados de marzo, pasamos mucho frío, pero no llovió, así que pudimos disfrutar de todo.
Paso a contar nuestra experiencia:
Nos levantamos muy temprano el viernes, con la idea de estar  a primera hora en Covarrubias, primer punto de nuestra ruta. Tomamos la carretera N-I, hasta Lerma; a mitad de camino, como a las 08:30 paramos a desayunar.
Pasadas las 10:00 horas, llegamos a Covarrubias:

Como era viernes laborable, no había muchos turistas, sólo las gentes del pueblo. Aparcamos el coche y nos dirigimos a la oficina de turismo para recabar información; estaba cerrado, así que tuvimos que esperar a que abrieran a las 10:30 h. En la oficina, nos dieron información del pueblo; le pregunté por las visitas guiadas y me dijeron que se realizaban a las 12:00, pero con un mínimo de 10 personas. También nos dijo que la visita guiada a la excolegiata comenzaba a las 11:00 horas.

Como no vimos turistas, pensamos que quizá no se realizara la visita guiada por el pueblo, así que siendo cerca de las 11:00 horas, decidimos realizar la visita guiada a la excolegiata y luego ver el pueblo por nuestra cuenta, ya que llevábamos la guía que a mi siempre me gusta llevar cuando visitamos los lugares. (la guía éstá desglosada en varias entradas en el blog; si estáis interesados, iros a la pestaña de "guias de viajes" y buscar en el apartado de Burgos).
La entrada a la iglesia es gratis, y pudimos ver tranquilamente las capillas, los retablos y los sepulcros esperando el comienzo de la visita guiada que comprendía una pequeña explicación de la iglesia, el claustro y el museo. La visita fue muy agradable, pues sólo fuimos 5-6 personas, y el guía se mostró en todo momento muy solícito.

Vista la excolegiata, hicimos el recorrido por el pueblo a nuestro aire. Quisimos entrar en el Torreón de Fernán Nuñez, pero estaba cerrado por ser una propiedad privada; sólo se puede visitar los fines de semana.
Después nos dirigimos hacia la ermita de San Olav, -a las afueras del pueblo-, que aún sabiendo que estaba cerrada, si nos apetecía ver el entorno y la construcción tan "especial" o moderna. Para llegar hay que tomar la carretera, dirección a San Pedro de Arlanza, y enseguida vimos el letrero que nos indica su dirección a través de una pista de tierra (el camino no está asfaltado, así que hay que ir con un poco de precaución sorteando los baches).



El siguiente punto, fue San Pedro de Arlanza. Como ya dije, se llega por la misma carretera. Al llegar hay una gran explanada frente al monasterio, donde se puede dejar el coche. 

La entrada es gratuita. Cuando llegamos, estábamos solos, así que pudimos ver el monasterio sin prisas. Aunque lo que queda está ruinoso, merece la pena su visita, pues se puede apreciar la grandeza que tuvo. En la actualidad las instituciones están invirtiendo para la consolidación del monasterio. No se podrá recuperar su estado original, pero si rehabilitarlo para darle otros usos. Merece la pena su visita, y aun estando en el estado que está, a mi personalmente me gustó más que Santo Domingo de Silos ( con toda la fama que tiene).

Llegaba la hora de comer y estábamos dudosos , si volver a Covarrubias o dirigirnos a Silos. Optamos por comer en Silos. Nos equivocamos. Silos es mucho más pequeño y en esta época, solo había 4 restaurantes para comer y en mi opinión, un poco caros. Así que os recomiendo comer en Covarrubias que la oferta gastronómica es más extensa.

Volvimos a Covarrubias para coger el desvío hacia Silos. Por la carretera íbamos sólos y como brillaba el sol, disfrutamos del paisaje.

Llegamos a Silos sobre las 14:00 horas.


En Silos, teníamos reservada habitación para pasar la noche en el Hotel Tres Coronas. Lo primero nada más llegar, fue dirigirse al hotel y una vez que nos dieron la habitación, salimos para ver qué restaurante elegíamos para comer. Como la oferta era escasa y cara, nos decidimos por un menú del día en el Mesón Casa de Guzmán.
Cuando terminamos de comer, decidimos dar una vuelta para conocer el pueblo, pues hasta las 16:30 no abrían el Monasterio de Santo Domingo de Silos.

La visita al Monasterio cuesta 3,50 €;  es guiada y se ve el famoso claustro, la farmacia y una sala museo. Terminada la visita, se puede volver al claustro para verlo tranquilamente.
A mi parecer, la visita guiada es corta, pues apenas dura 30 minutos; El guía, aunque tenía buena predisposición, nos daba las explicaciones en un tono aburrido y no saqué provecho de la visita. Hay algunas páginas que circulan por internet, que explican más detalladamente el monasterio. Además, comprendo que el monasterio está habitado por unos 30 monjes y que también funciona como hospedería para hombres... pero creo que deberían enseñar algo más para los turistas. Conclusión: para el precio que pagamos, nos merecíamos haber visto algo más.

Terminada la visita y las compras en la tienda del monasterio, decidimos dar más vueltas por el pueblo, pues teníamos que hacer tiempo hasta las 19:00 horas para escuchar en la iglesia los cantos de los monjes en gregoriano. Visto todo el pueblo y aburridos, con el frío que hacía en la calle, a media tarde nos refugiamos tomando un café en el Hotel Santo Domingo de Silos.

Poco antes de las 19:00 h, entramos en la iglesia para escuchar a los monjes. A la entrada, hay unos folletos para seguir los cantos, yo cogí uno. Con gran ceremonia, salen los monjes, y empiezan sus plegarias y cantos en gregoriano, que ilusa de mi, pretendí seguir con el folleto que cogí. A los 2 minutos, me di cuenta que no tenía ni idea, así que lo cerré y me dediqué a disfrutar. Por cierto, muchas de las personas que asistieron al acto, si sabían seguir el oficio. Dura como media hora y no está permitido hacer fotos.

Finalizado el oficio y con el frío que hacía -ya de noche-, volvimos al hotel hasta la hora de la cena. Cenamos en el bar del Hotel Rural Posada Villa de Silos, a base de raciones. Muy buena la relación calidad-precio. De vuelta, al hotel a dormir, que hacía un "frío que pelaba"

A la mañana siguiente, no levantamos pronto para aprovechar el día. Después de desayunar en el hotel, recogimos nuestras cosas y tomamos rumbo hacia Lerma, último punto de visita.  A la salida de Silos, hay una desviación hacia el desfiladero de Yecla, que finalmente no fuimos, pensando que con el frío que hacía, seguramente estaba todo helado y no íbamos preparados.

Llegamos a Lerma y aparcamos el coche frente al Parador. 

Nos dirigimos a la oficina de turismo, para confirmar que teníamos reservada la visita por la tarde de "Descubre otro Lerma bajo tus pies" a las 18:00 horas y como también queríamos hacer la visita guiada por Lerma a las 12:00 horas, preguntar qué no se visitaba, para hacerlo nosotros por nuestra cuenta. Nos dijeron que lo que no se veía en la visita guiada por Lerma era la parte baja de la ciudad, que es la zona medieval de Lerma.

Salimos de la oficina de turismo y lo primero... un cafecito para entrar en calor y después, el recorrido por la parte medieval, dando un rodeo por la parte baja, hasta los márgenes del río. Poco antes de las 12:00 h. volvimos a la oficina de turismo para realizar la visita guiada que partía desde allí.
La visita guiada cuesta 4 €, pero merece la pena porque entramos en sitios que por nuestra cuenta, no podríamos ver, como la excolegiata y el pasadizo ducal. El guía, maravilloso, estupendo...disfrutaba explicándonos. Un acierto.
Después de hacer el recorrido, empezamos a buscar un sitio para comer. Yo había leído por internet, que alejándonos del centro histórico, se podía comer bien a buen precio y a mi marido le habían recomendado un asador que en su fachada exponía las "tabas del cordero". Al final, nos decantamos por la opción de mi marido... y acertamos.
Menú para 2 personas, con lechazo, ensalada de lechuga, pan, vino y postre casero: total 53 euros. Totalmente recomendado. El rodero estaba exquisito. Si os animáis a ir, recomiendo que reservéis, porque se llena el local enseguida.

Después de comer, nos fuimos al Parador de Turismo, a tomar un café. Estuvimos un buen rato por dos razones: una que es muy agradable el sitio y dos, porque hacía un frío que pelaba.

Para hacer tiempo hasta la hora de la visita por el subsuelo de Lerma, estuvimos dando vueltas, buscando llevar algo para casa... y compramos entre otras cosas, chocolate blanco con coco... nosotros nunca lo habíamos comido. Buenísimo.

Llegada la hora de la visita, nos acercamos otra vez a la oficina de turismo desde donde comenzaba la visita. Ésta consiste en explicarnos la tradición del vino en Lerma, por qué el suelo de Lerma está cubierto de cuevas,  visitando 2 de ellas,  y finalmente una cata de vinos de D.O. Arlanza en el Parador. 
Me pareció muy intersante y distinta; Estas visitas las organizan los meses de marzo y abril desde la oficina de turismo. cuestan 5 €/persona. y durante la cata, en esa ocasión fue a cargo de "Bodegas Arlanza, S.C.P"  con tres tipos de vinos diferentes. Si estáis interesados, entrar en la página de Turismo de Lerma, y podréis encontrar toda la información.

Terminada la degustación, siendo ya las 21:00 horas, nos dirigimos hacia el coche para volver a casa. Contentos con todas las cosas que habíamos conocido.

Fin de la ruta.

Si estaís interesados en mi pequeña guía del viaje, está como ya comenté, desglosada en varias entradas de este blog, así que lo mejor es ir a la pestaña de "Guías de Viajes", y en Burgos, las encontraréis. También os dejo el enlace:




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