La
visita al claustro es independiente de la visita guiada al Monasterio. En ella
podremos admirar un claustro completamente restaurado y cerrado al patio
interior para mejor conservación de las pinturas.
El
pintor
Vicente
Carducho nacido en Florencia en 1576 o 1578, llegó muy pronto a España, en
1585, acompañando a su hermano el también pintor Bartolomé Carducho que era
ayudante de Federico Zuccaro en las decoraciones del Monasterio de El Escorial.
Se formó en la principal cantera del arte español de finales del siglo XVI, con
la impronta del clasicismo toscano y el sentido pedagógico de los pintores
escurialenses. Tras la muerte de su hermano en 1609, adquiere su misma posición
como pintor de cámara del rey.
Carducho
tenía amplios conocimientos en diseño de composiciones de gran tamaño y
dificultad, dominio del espacio y capacidad narrativa así como destreza en el
empleo de los colores. Publicó uno de los tratados artísticos más importantes
del siglo XVII en España: sus célebres "Diálogos de la pintura",
redactados en las mismas fechas en que se hallaba pintando el conjunto del
Paular.
Hasta
la llegada de Velázquez a la Corte, fue la personalidad más influyente, pero la
rápida ascensión en la Corte de Diego Velázquez, la vio con recelos, ya que
llegó a decir de él que "sólo sabe pintar cabezas".
Además
de sus trabajos para la realeza, trabajó para parroquias y conventos como la
serie de pinturas del Monasterio de El Paular.
Vicente
Carducho murió en 1635.
Las
pinturas
La
serie se realizó entre 1626 y 1632 después de un laborioso proceso creativo que
conllevó la elaboración de numerosos dibujos y bocetos, y en el que
participaron algunos ayudantes del pintor. El conjunto permaneció en el Paular
hasta la desamortización de 1835, que fueron arrancados de los muros y se
trasladaron al convento madrileño de la Trinidad, donde pasaron a formar parte
del Museo Nacional de Pintura y Escultura, que abrió sus puertas en 1838.
En
1872 se fusionó el Museo de la Trinidad con el Museo del Prado. Las grandes
dimensiones de los cuadros, dificultaban su exhibición e incluso su
almacenamiento, por lo que se distribuyeron a diferentes museos. Entre los años
1887 y 1923, algunos lienzos se enviaron a La Coruña, Valladolid, Jaca, Burgos,
Sevilla, Córdoba, Zamora Tortosa y Poblet.
De
los 56 lienzos realizados, 2 obras depositadas en Tortosa desaparecieron en la
Guerra Civil.
En
el año 2002, el Museo del Prado inició un proceso de recuperación de todo el
conjunto que concluyó en 2006. Se han restaurado y llevado a su lugar de origen.
Las
54 telas pretendían reforzar la fe de los cartujos, al tiempo que ilustraban
los conflictos religiosos y territoriales de la Europa del momento. La serie
refleja bien la predilección de la religiosidad del Barroco por la oración, el
martirio, los milagros y las visiones extáticas.
Se
dividen en 2 grupos:
Las
27 primeras ilustran la vida del
fundador de la orden, San Bruno de Colonia, desd el momento que decide
abandonar la vida pública y retirarse a los montes de la Chartreuse (Francia),
hasta su muerte y primer milagro póstumo.
Las
siguientes 27 pinturas, están dedicadas a los hechos más notables de los
cartujos en diferentes lugares de Europa; su vida de humildad, mortificación y
penitencia; su dedicación al estudio y a la oración; su persecución y martirio
padecidos por algunas de sus comunidades en los siglos XV y XVII.
Un
detalle curioso:
En
la tela "Muerte del Venerable Odón de Novara", aparecen Carducho, en el
centro Lope de Vega - gran amigo del pintor- y otro personaje con poblada barba
blanca que se cree que es el Abad del Monasterio.
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