martes, 26 de marzo de 2013

BASÍLICA DE SAN FRANCISCO EL GRANDE


Plaza de San Francisco, s/n. (Metro Latina)


Cuenta la leyenda que San Francisco de Asís, después de su peregrinaje a Santiago, pasó por Madrid (entre  1213-1215, ó 1217, la fecha exacta no se sabe).

Estando en Madrid, se le ofreció terreno, y construyó una choza donde habitar con sus compañeros, a la salida de Puerta de Moros, muy cerca de la ermita de  Santa María.






Posteriormente, sus discípulos, ayudados por las limosnas, construyeron un nuevo convento, igual de pobre pero más amplio llamado “Cuarto Viejo”, el cual subsistió hasta 1617.

A finales del siglo XIV se reconstruyó Santa María, dándole mayor amplitud.  El convento y la iglesia fueron con el tiempo objeto de numerosos cambios y reformas.  Existía gran fervor a esta congregación entre las familias ilustres de Madrid, como los Vargas, Lujanes, Luzones, Ramírez… quienes se hacían enterrar en este lugar. La iglesia llegó a tener 25 capillas con 41 altares. 


La notoriedad de  la iglesia, el gran número de frailes que formaba la comunidad, y la construcción poco estable a causa de los terrenos, llevó a los franciscanos a levantar una nueva iglesia. Carlos III, apoyó el proyecto, porque también quería un gran  templo, ya que Nuestra Señora de Atocha, se quedaba pequeño. 

Así que en 1760, fue derribada, destruyendo todos los testimonios de valor histórico y mérito artístico.
Se presentaron 2 proyectos, uno de Ventura Rodríguez (más ostentoso) y otro de Francisco Cabezas que era un fraile franciscano (más austero y acorde a las reglas de la orden). Se decantaron el por segundo.

El proyecto era una amplia rotonda para el espacio interior, cubierta por una grandiosa cúpula. Se empezó la obra en 1761. Después de haber elevado los muros de la rotonda hasta la cornisa, se presentaron dificultades para la construcción de la cúpula, hecho que aprovechó Ventura Rodríguez (que estaba furioso porque no se eligió su proyecto) para declarar (junto con otros miembros de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que fueron presionados por éste) que los muros eran débiles para soportar la cúpula.

La polémica duró 7 años y Cabezas desesperado, abandonó la dirección de las obras. Continuó  Antonio Plo que construyó la cúpula, pero también tuvo que abandonar ya que era maestro de obras de formación gremial y no arquitecto.

Finalmente, los franciscanos desesperados, pidieron ayuda a Carlos III, que encomendó a Sabatini acabar el templo, incorporando éste la fachada principal y las dos torres que la coronan.  La obras  finalizaron en 1784.


El edificio ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos:
  • En 1808, José I, quiso destinarlo a Salón de Cortes (proyectando incluso un viaducto, desde el Palacio Real hasta la basílica, que no se construyó entonces).
  • Fue convertido en Hospital en 1812.
  • En 1836, con la desamortización de Mendizábal, el convento fue exclaustrado y la iglesia cerrada.
  • En 1838, el convento se convirtió en dos cuarteles: de Infantería y de Prisiones Militares, siendo conocidos como cuartel de San Francisco y cuartel del Rosario..
  • En 1869, ya hicieron del templo un «panteón nacional» donde fueron trasladados «con gran pompa», los restos mortales de 14 personajes: Gravina, Ventura Rodríguez, Calderón de la Barca, Quevedo, Gonzalo de Córdoba y Garcilaso, entre otros. Al cabo de cinco años, el proyecto fue abandonado y los personajes ilustres devueltos a sus lugares de origen.
  • En 1879, Cánovas impulsó su reforma y restauración, se decoró el interior en 1884. Aún sin estar finalizadas las obras, la nueva iglesia fue inaugurada y abierta al culto en 1889. 
  • En 1926, Alfonso XIII devolvió el templo a los franciscanos.
  • En 1961, el convento fue derribado para construir la Gran Vía de San Francisco que une Bailén con la Puerta de Toledo. 
  • En 1962 Fue declarada por Juan XXIII, basílica menor y ese mismo año quedó bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, tras una nueva consagración. 
  • A lo largo del siglo XX, fueron numerosas las reformas y rehabilitaciones, (impermeabilización del emplomado de las cubiertas y la cúpula, la restauración de los frescos del domo… en 2006, se retiraron los andamios del interior). Las capillas laterales están sin restaurar. 

Cabe destacar también que cuando Felipe II convirtió Madrid en capital, al convento se le nombró custodio de los Santos Lugares conquistados por los cruzados, ya que San Francisco fue a Tierra Santa a visitar los Lugares donde Jesús nació vivió y murió. En recuerdo de esta piadosa visita suya, los franciscanos están encargados desde hace siglos de custodiar los Santos Lugares de Tierra Santa.

Hablemos de la Basílica:


Es de planta circular con vestíbulo y ábside. La cubierta se resuelve con una gran cúpula y tiene 6 pequeños domos, tres a cada lado, que son las capillas que se pueden ver al entrar al interior.


La cúpula: tiene 33 metros de diámetro y es la tercera de mayor diámetro de la cristiandad (el Pateón de Agripa en Roma mide 43,4 m y la de San Pedro del Vaticano 42,5 m. Es más grande que la cúpula de Santa Sofía  31,8 m en Estambul y la de San Pablo con 30,8 m en Londres).

Fachada principal: tiene dos cuerpos, rematados por un frontón triangular que está adornado con la cruz de Jerusalén en el tímpano y por encima aparece el escudo franciscano y una corona real. Sobre la balaustrada hay 4 estatuas de piedra representativa de santos. La fachada está presidida por una torre en cada extremo con chapiteles, coronados con veletas.

Vestíbulo: hay siete puertas, que permiten la entrada al reciento, de madera de nogal americano. Están talladas con diferentes escenas bíblicas, en las 3 puertas centrales está Cristo crucificado con la Fe y la Esperanza a sus pies y a ambos lados los dos ladrones del Calvario.

Interior: Nada más entrar, impresiona la suntuosidad del interior. La mirada se desvía hacia la cúpula que tiene como tema central a Nuestra Señora de los Ángeles y muestran diferentes escenas de reyes y santos rindiendo pleitesía a la Virgen, dispuestas en ocho grandes secciones, separadas entre sí por ocho grandes molduras que se cruzan en la linterna. Entre los arcos están pintados sobre madera (haciendo relieve) los 12 profetas (Jacob, Moisés, Aarón, Gereón, David, Salomón, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Habucuc y Zacarías).

A ambos lados de la entrada hay 2 pilas de agua bendita, de mármol blanco, en forma de concha y sostenidas por 3 angelotes de bronce y rematadas por un querubín.

A los lados del presbiterio, están dos púlpitos también de mármol blanco de carrara,  los tornavoces están montados al aire que pesan más de 3 toneladas cada uno.

Entre las arcadas que dan a las capillas, tenemos las esculturas de los 12 apóstoles labradas en mármol blanco de carrara que miden más de dos metros y medio cada una.

En el altar mayor, se alzan las estatuas de los cuatro evangelistas, parecen de bronce, pero son de madera pintada. La sillería de nogal, pertenecía al monasterio de Santa Mª del Parral (Segovia). Las pinturas del muro absidal, están divididas en 5 paneles, en los que aparece San Francisco en varios episodios de su vida.

El coro: situado en la parte superior del vestíbulo. Su órgano tubular fue realizado en 1884.

Las Capillas:

Capilla de Carlos III: Al lado del Evangelio. La imagen que preside el altar de es Ntra. Sra. Del Olvido. La pintura central representa a Carlos III, arrodillado, presenta a la virgen el collar de la orden de su real fundación.  En el muro lateral, la Virgen del Carmen, y en su derredor, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, San Andrés Corsino, San Franco de Sena y Santa Catalina. En el otro lateral la pintura representa la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.











Capilla de las Órdenes Militares o de Santiago: El cuadro central recuerda la aparición del apóstol Santiago a los soldados españoles en la Batalla de Clavijo. Bajo  el cuadro, están las cruces de las cuatro órdenes militares. En un lateral San Juan Bautista bautizando en el Rio Jordán.













Capilla de San Bernardino de Sena: o de Goya, ya que su cuadro preside el altar. Representa a San Bernardino, predicando al rey don Alfonso de Aragón, rodeado de magnates de su corte napolitana. Goya pintó este cuadro cuando aún era joven, y se cree que es su autorretrato el joven que aparece en el ángulo derecho.  En un muro lateral está la aparición de la Virgen a San Antonio de Padua. El otro muro contiene la pintura que está basado en la visita de San Buenaventura a la Basílica de Padua.


Carlos III, convocó un concurso de pintura de los que se presentaron 7 pintores. Entre ellos Goya y Bayeu, su cuñado. Carlos III, al ver los cuadros dijo que no le había gustado ninguno, aunque el menos feo era el de Goya y el más feo el de Bayeu (motivo que satisfizo a Goya, ya que era una especie de revancha hacia su cuñado que tanto le hizo padecer con las pinturas de la Basílica del Pilar de Zaragoza. Debía de ser tan malo el cuadro de Bayeu, que ni siquiera está expuesto). Estos cuadros fueron realizados en tela, a diferencia del resto de las pinturas de la Basílica, que son murales y 3 están expuestas en esta capilla y las otras 3 en la capilla.









Capilla de San Antonio: San Antonio de Padua preside el altar. El cuadro central es una Purísima,  en un muro lateral, el cuadro del abrazo de Santo Domingo y San Francisco en Roma; en el otro lado la sagrada familia en Nazaret (de las pocas imágenes que San José lleva al niño).




Capilla de  Ntra.   Sra. De las Mercedes: el altar está formado por mármoles de distintas clases.    El sagrario es de plaza maciza.   El cuadro central representa a la Virgen María y al Niño Jesús. En un muro lateral representa la  aparición de la Virgen  y el  Niño a San Antonio.













Capilla de la Pasión o del Sagrario: de estilo bizantino. El muro central representa la crucifixión en el calvario. Un muro lateral tiene el entierro de Jesús y el otro el Sermón de la montaña.
Antesacristía, sacristía y sala capitular: una puerta de dos hojas, situada en uno de los ángulos de los pasillos del claustro da entrada a la antesacristía, sus paredes están decoradas con cornucopias y otros adornos.  La sacristía, posee una cojonería enriquecida con 22 espejos. Sobre el dintel de una puerta hay una hornacina con una imagen de bronce de San Francisco. A lo largo de los muros pueden contemplarse 12 cuadros con la figura de los apóstoles. La bóveda representa la coronación de la Virgen. Otra puerta, nos conduce a la sala capitular en la que hay una sillería perteneciente al Monasterio del Paular y el techo está adornado con pinturas alegóricas a la Fe, la Esperanza y los escudos de la orden franciscana y Tierra Santa.

Pinacoteca: Se hallan expuestos en los pasillos del claustro que bordean la capilla mayor. Son pinturas en su mayoría realizadas entre los siglos XVIII y XIX y hay un total de 51 cuadros.







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