jueves, 7 de marzo de 2013

PLAZA DE ORIENTE


Jardines de la Plaza de Oriente (Metro Ópera)


Llamada así porque se ubica en el lado oriental del Palacio Real.


El origen de la plaza se remonta a la época del Alcázar, cuando a continuación de éste se construyeron una serie de edificios que se conocieron como "la casa del tesoro". Estos edificios albergaban las casas de oficios, las viviendas de criados y visitantes, y lo que hoy llamaríamos Ministerio de Hacienda.



En el incendio del Alcázar en 1734, que estuvo ardiendo durante 4 días, no se quemaron estas casas y estuvieron en pie durante medio siglo más.


Cuando llegó José Bonaparte (1808-1813) "Pepe, el plazuelas" vio que alrededor del Palacio Real, había un entramado de callejuelas estrechas y rincones,  que hacían un espacio insano e insalubre. Así que  mandó derribar todas las casas para abrir un gran espacio que diera una perspectiva más adecuada al Palacio, despejándolo de vetustas viviendas además de  impedir seguramente los motines y conspiraciones propiciados por los callejones, plazuelas, encrucijadas y rincones que había.


El proyecto de Silvestre Pérez abarcaba la plaza y un viaducto que uniera el Palacio con San Francisco El Grande, para hacer allí un Salón de Cortes (un Parlamento). Pero el proyecto no se llevó a cabo, dado el corto periodo de tiempo que estuvo José Bonaparte.




Al volver Fernando VII, encarga el proyecto a Isidoro González Velázquez, que hace un diseño semicircular con edificios,  continuando en la zona de los jardines de Lepanto y también por los jardines de Cabo Noval. Dentro de este proyecto, está la edificación de un teatro de ópera frente al palacio. Las obras del teatro empezaron en 1818, y no se inauguró hasta 1850







Al morir Fernando VII, como la obra está sin acabar, con Isabel II en 1836 se tomó la decisión de derribar los edificios comenzados en tiempo de Fernando VII y realizar un nuevo diseño, acorde con el Teatro Real.










Se realiza un nuevo diseño de Narciso Pascual y Colomer, donde aparece una plaza rectangular con cabecera curvada, y 2 manzanas de casas.








Los jardines interiores, también han sufrido modificaciones.

En un principio, era un jardín circular cerrado por una reja, y en el centro de estos,  la estatua de Felipe IV, que se trajo del Buen Retiro en 1844. Alrededor se situaron 44 esculturas de diferentes monarcas españoles, que estaban guardadas en los sótanos del Palacio, (Carlos III no quiso ponerlas en la cornisa y pedestales del Palacio). Estas estatuas se redujeron a 20 en 1927.




En 1941, se acomete otra reforma, dejando la estatua en su lugar inicial, pero los jardines se distribuyen cuadricularmente. Las 20 estatuas de los monarcas se sitúan longitudinalmente en dos hileras de 10 a ambos lados del monumento central.

En los años 90, se remodela la plaza. El paso de coches de la calle Bailén se hizo subterráneo, del tal manera que desde la plaza se llega directamente al Palacio y se ganaron otros espacios peatonales, alrededor del Teatro Real. Así es como podemos verla actualmente.



De las casas que se construyeron en la segunda mitad del siglo XIX, hay una que se perdió y se construyó en 1914 (es 50 años posterior a las demás). Ésta es un ejemplo magnífico del estilo afrancesado que tanto gustaba a la burguesía madrileña de la época… tejados de pizarra, óculos redondos… que a los castizos les hacía mucha gracia y decían que “parecían la tapa de los ataúdes”. En la tradición de Madrid, los tejados eran de teja roja mezclada con las buhardillas, los miradores de hierro forjado, como son el resto de las casas. En estos edificios hubo un Hostal, donde residían los divos que venían a Madrid a cantar al Teatro Real, En estas casas residió Verdi y también murió Julián Gayarrre.


A los lados de la plaza de hay 2 jardines laterales.
Si nos situamos mirando hacia el Teatro Real  a la izquierda están los Jardines del Cabo Noval, que se extienden por los terrenos que en su día pertenecieron al Monasterio de la Encarnación. Es un lugar diseñado para el descanso con grandes Plátanos que en verano proporcionan sombra al viandante. En estos Jardines hay un monumento erigido en memoria del cabo Luis Noval, que fue un ebanista que murió en Marruecos. La escultura es obra de Benlliure y fue encargada por una asociación de mujeres. Unos metros delante de la escultura hay una placa sobre un pedestal que dice: "Luis Noval Terros 1887-1909 cabo del regimiento príncipe nº 3 en la campaña marroquí de 1909 al ser hecho prisionero alertó a sus compañeros para que dispararan sobre el grupo en que se encontraba, muriendo en el acto le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando". 



Los Jardines de Lepanto en el lado derecho, también tienen plantados plátanos y cedros. En estos jardines se alza el monumento al capitán Ángel Melgar, que fue un militar español que murió en 1909 en la Batalla del Barranco del Lobo, una confrontación que hubo cerca de Melilla. Esta escultura fue inaugurada en 1911 por Alfonso XIII. En su lápida central puede leerse: " S. M. el rey D. Alfonso XIII honró su memoria cediendo sitio y mármoles para este monumento recuerdo de sus compañeros de promoción en homenaje al valor que acreditó y estimuló para imitar su ejemplo. MCMXI”








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