Jardines de la Plaza
de Oriente (Metro Ópera)
Llamada así porque se ubica en el lado oriental del
Palacio Real.
El origen de la plaza se remonta a la época del
Alcázar, cuando a continuación de éste se construyeron una serie de edificios
que se conocieron como "la casa del tesoro". Estos edificios
albergaban las casas de oficios, las viviendas de criados y visitantes, y lo
que hoy llamaríamos Ministerio de Hacienda.
En el incendio del Alcázar en 1734, que estuvo
ardiendo durante 4 días, no se quemaron estas casas y estuvieron en pie durante
medio siglo más.
Cuando llegó José Bonaparte (1808-1813) "Pepe, el
plazuelas" vio que alrededor del Palacio Real, había un entramado de
callejuelas estrechas y rincones, que
hacían un espacio insano e insalubre. Así que
mandó derribar todas las casas para abrir un gran espacio que diera una
perspectiva más adecuada al Palacio, despejándolo de vetustas viviendas además
de impedir seguramente los motines y
conspiraciones propiciados por los callejones, plazuelas, encrucijadas y
rincones que había.
El proyecto de Silvestre Pérez abarcaba la plaza y un viaducto que uniera el Palacio con San Francisco El Grande, para hacer allí un Salón de Cortes (un Parlamento). Pero el proyecto no se llevó a cabo, dado el corto periodo de tiempo que estuvo José Bonaparte.
Al volver Fernando VII, encarga el proyecto a Isidoro
González Velázquez, que hace un diseño semicircular con edificios, continuando en la zona de los jardines de
Lepanto y también por los jardines de Cabo Noval. Dentro de este proyecto, está
la edificación de un teatro de ópera frente al palacio. Las obras del teatro
empezaron en 1818, y no se inauguró hasta 1850
Al morir Fernando VII, como la obra está sin acabar, con
Isabel II en 1836 se tomó la decisión de derribar los edificios comenzados en
tiempo de Fernando VII y realizar un nuevo diseño, acorde con el Teatro Real.
Se realiza un nuevo diseño de Narciso Pascual y Colomer,
donde aparece una plaza rectangular con cabecera curvada, y 2 manzanas de
casas.
Los
jardines interiores, también han sufrido modificaciones.
En un principio, era un jardín circular cerrado por una reja, y en el centro de
estos, la estatua de Felipe IV, que se
trajo del Buen Retiro en 1844. Alrededor se situaron 44 esculturas de
diferentes monarcas españoles, que estaban guardadas en los sótanos del
Palacio, (Carlos III no quiso ponerlas en la cornisa y pedestales del Palacio).
Estas estatuas se redujeron a 20 en 1927.
En 1941, se acomete otra reforma, dejando la estatua en su
lugar inicial, pero los jardines se distribuyen cuadricularmente. Las 20
estatuas de los monarcas se sitúan longitudinalmente en dos hileras de 10 a
ambos lados del monumento central.
En los años 90, se remodela la plaza. El paso de coches de
la calle Bailén se hizo subterráneo, del tal manera que desde la plaza se llega
directamente al Palacio y se ganaron otros espacios peatonales, alrededor del
Teatro Real. Así es como podemos verla actualmente.
De las casas que se construyeron en la segunda mitad del
siglo XIX, hay una que se perdió y se construyó en 1914 (es 50 años posterior a
las demás). Ésta es un ejemplo magnífico del estilo afrancesado que tanto
gustaba a la burguesía madrileña de la época… tejados de pizarra, óculos
redondos… que a los castizos les hacía mucha gracia y decían que “parecían la
tapa de los ataúdes”. En la tradición de Madrid, los tejados eran de teja roja
mezclada con las buhardillas, los miradores de hierro forjado, como son el
resto de las casas. En estos edificios hubo un Hostal, donde residían los divos
que venían a Madrid a cantar al Teatro Real, En estas casas residió Verdi y
también murió Julián Gayarrre.
A los lados de la plaza de hay 2 jardines laterales.
Si nos situamos mirando hacia el Teatro Real a la izquierda están los Jardines del Cabo
Noval, que se extienden por los terrenos que en su día pertenecieron al
Monasterio de la Encarnación. Es un lugar diseñado para el descanso con grandes
Plátanos que en verano proporcionan sombra al viandante. En estos Jardines hay
un monumento erigido en memoria del cabo Luis Noval, que fue un ebanista que
murió en Marruecos. La escultura es obra de Benlliure y fue encargada por una
asociación de mujeres. Unos metros delante de la escultura hay una placa sobre
un pedestal que dice: "Luis
Noval Terros 1887-1909 cabo del regimiento príncipe nº 3 en la campaña marroquí
de 1909 al ser hecho prisionero alertó a sus compañeros para que dispararan
sobre el grupo en que se encontraba, muriendo en el acto le fue concedida la
Cruz Laureada de San Fernando".
Los
Jardines de Lepanto en el
lado derecho, también tienen plantados plátanos y cedros. En estos jardines se
alza el monumento al capitán Ángel Melgar, que fue un militar español que murió
en 1909 en la Batalla del Barranco del Lobo, una confrontación que hubo cerca
de Melilla. Esta escultura fue inaugurada en 1911 por Alfonso XIII. En su
lápida central puede leerse: " S. M. el rey D. Alfonso XIII honró su memoria
cediendo sitio y mármoles para este monumento recuerdo de sus compañeros de
promoción en homenaje al valor que acreditó y estimuló para imitar su ejemplo.
MCMXI”
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